RESIDENCIA MEDICA
La gran mayoría de los médicos que hoy son especialistas en algún momento fueron residentes. Muchos no comprendíamos qué era ser residente hasta cuando nos sentimos inmersos en un sistema hospitalario que se convierte en nuestro modelo de vida durante mínimo tres o cuatro años. Durante ese tiempo se escuchaban historias alusivas a los profesores, y a otros residentes mayores, historias de sus novatadas y errores, pero contemplábamos esa etapa de nuestra vida como una vivencia necesaria.
Las experiencias tanto positivas como negativas permitían una formación que, aunque no era evaluada en forma integral, hacía que la residencia medica se convirtiera en un proceso de formación necesario.
Ante la velocidad y desarrollo de los avances tecnológicos en el campo médico, es indispensable que se considere en la formación médica y de las especialidades el desarrollo de competencias específicas que sin duda requieren de programas académicos actualizados, enfocados en el alumno, con profesores competentes y campos clínicos apropiados que permitan lograr aprendizajes aproximados a lo correcto…….
Académicamente, la falta de profesionalización del docente médico y la jerarquía del médico clínico como provedor de conocimiento han demostrado igualmente grandes variaciones asociadas a las diversas instituciones de atención clínica. La tarea de la profesionalización del docente médico es otra de las grandes dificultades de la formación médica.
Desde el punto de vista financiero, es importante aclarar que la formación de un especialista es una inversión pública y, como tal, su figura debe estar sujeta a marcos legales prevalentes en todo el país, ya que el presupuesto deriva de inversión pública en un lapso de hasta más de 10 años.
El médico psiquiatra, aparte del riesgo inherente por la población potencialmente violenta, que no es la mayoría en todas las instituciones, está sujeto a un desgaste particular al enfrentarse a fenómenos de deterioro asociados al trabajo con situaciones conductuales y emocionales enfrentadas diariamente, que podrían impedir su funcionamiento óptimo. Por eso el riesgo debe compensarse en descanso o en otra forma.
De ser considerado medico - estudiante, el proceso de formación sistemática es muy distinto al proceso de formación de una maestría, al cual en ocasiones pretenden hacerlos equivalentes. El médico residente no es maestro ni cuenta con el arsenal necesario en el terreno metodológico para ostentar dicho rango. Sin embargo, será especialista y para eso su formación, más allá de un derecho, es una obligación de la institución en la cual se esta formando. La residencia no es la universidad, pero tampoco es el posgrado completo. Ante esta ambigüedad se requiere una definición que aún, después de tantos años, apenas ahora en colombia se esta contemplando al ser aprobada en 2019, una remuneracion a partir de septiembre de 2020 para los aproximadamente 5000 residentes que actualmente tiene el pais.- Es necesario ademàs cuidar la salud mental del medico residente ya que en muchas ocasiones el exceso de trabajo en las instituciones es en alto grado cargado por el médico residente quien, obligado por su necesidad de formación, acepta esta sobrecarga que implica un estres adicional elevado.
La residencia no es una época tranquila y llena de felicidad, es un periodo en el que las enfermedades mentales y el uso de sustancias se incrementa en correspondencia con los años universitarios. El ambiente competitivo de la medicina y la pobreza de las herramientas que las universidades y las instituciones encargadas de la formación del futuro medico especialista le otorgan, para mantener una tolerancia al estrés y asi lograr una prevención del síndrome de desgaste sigue siendo escasa.